Machu Picchu no nos vio, pero las llamas sí
Prólogo: yo no estaba invitada 🎬
La idea original no era mía.
Andrea y Johncito —su amigo ecuatoriano de AIESEC, que ahora vive en Alemania— planearon un viaje épico por Sudamérica para celebrar su cumpleaños. Yo… bueno, me auto-invité. Porque FOMO es real y, honestamente, qué es la vida sin un poco de caos extra.
Cusco: entre llamas, colores y pulmones en huelga 🇵🇪
Primera parada: Cusco.
Hermosa, mística, con una energía ancestral que te atrapa desde que llegas. Yo, mientras tanto, pensando que me iba a morir.
La Montaña de los 7 Colores es de esas experiencias que te venden como “inolvidables” y lo fue… pero por las razones equivocadas. Hermosa, sí. Espectacular, también. Pero yo casi dejo los dos pulmones ahí. Tuve que subir en caballo porque mi cuerpo dijo: “hasta aquí llegamos”. Vergüenza nivel leyenda, pero sobreviví. Si no hubiese dejado la nicotina a tiempo, este blog sería póstumo.

Y las llamas 🦙 … Por favor 🙏🏽

Divinas. Elegantes. Icónicas.
Te miran con cara de “yo sé cosas que tú no”. Dato inolvidable: una chica comparó a Andrea con una llama. Yo llorando de la risa. Andrea, no tanto.
En el Valle Sagrado pedí mis tres deseos. No, no te los voy a contar. Los buenos deseos se guardan.
Lima: pisco, tiraditos y contrastes 🇵🇪
Después llegó Lima, y ahí me reconcilié con la vida. Los tiraditos en ají amarillo de La Cura todavía viven en mi cabeza rent free. El pisco… mi nueva religión. Debate cerrado: el pisco es peruano.
Lima es un choque de realidades: por un lado, la gastronomía más increíble de mi vida; por otro, el contraste brutal de pobreza y desigualdad que te recuerda que no todo es bonito para Instagram.
Días largos, noches eternas, comida épica.
Lima fue un abrazo y una cachetada a la vez.



Un viaje, cinco países y una Amex que nos salvó 🌍✈️
Cusco vino primero, luego Machu Picchu que nunca nos vio, después Lima, más tarde Buenos Aires, un cameo express en Uruguay y, para rematar, una odisea de layovers en Chile, Colombia y Miami.
Suena romántico, pero no lo fue: fue caos hermoso.
Cinco países, dos primas, y una Amex Platinum que básicamente nos salvó la vida. Perú, Machu Picchu, Argentina, Uruguay… y de bonus: Chile, Colombia y Miami en modo “episodio de aeropuerto”.
Sobrevivimos de lounge en lounge como si fuera deporte extremo.
Gracias, Amex Platinum, por convertir mi ansiedad en vino y WiFi.
Johncito: el plot twist ecuatoriano
Johncito se sumó al viaje desde Alemania, pero es 100% ecuatoriano, y llegó como personaje de serie:
Siempre feliz, siempre chill, siempre diciendo “tranqui, no pasa nada” mientras Andrea y yo debatíamos si matarnos o abrazarnos.
El tipo parecía tener un botón secreto para cambiar el mood: un chiste, un pisco, un brindis, y la tensión desaparecía. Gracias a él, muchas peleas terminaron en risas…O en pisco. O en ambas.

Buenos Aires: rock, alfajores y la hermana perdida 🇦🇷
La ciudad, TODO. La comida… meh. Lo siento, Argentina, alguien tenía que decirlo. Excepto por los alfajores, el gelato de pistacho y los desayunos eternos: joyas, patrimonio emocional. Buenos Aires vibra distinto: calles que respiran música, bares que parecen escenarios, paredes que gritan rock. Ahora entiendo por qué han salido tantas y tantas bandas de rock. Fuimos al party más lindo de todos: Bresh. Y aunque no lo crean fui la primera en irse a dormir!!!
Y ahí llegó otro plot twist: conocimos a Geo, nuestra lost sister. Literalmente parecía que la hubiéramos conocido de toda la vida. Se integró al viaje como si siempre hubiera estado ahí. Cero filtros. Amor instantáneo.
La gente… puro East Coast vibes: arrogantes, sí. Opinados, obvio. Pero cuando te adoptan, te aman fuerte. Te insultan, te invitan un Fernet y te abrazan después.
Perfecto.

Uruguay: cameo express 🇺🇾
Un solo día en Colonia del Sacramento y ya. Calles tranquilas, vibe slow, tiempo detenido. Yo, mientras tanto, sobreviviendo un dolor que, con mis seis años de la universidad Grey’s Anatomy, diagnostiqué como vesícula colapsando. Si me iba a morir, que fuera con esa vista.

Layovers y lounges: Amex Platinum supremacy 🛫
Chile. Colombia. Miami.
Aeropuertos que podrían demandarme por stalking. Sobrevivimos de lounge en lounge, alimentadas por vinito, WiFi, café gratis y las bendiciones de la Amex Platinum. Reina, te debo la vida.
Andrea, mi prima, mi hermana 👯♀️🧩
Andrea y yo nos criamos juntas, pero este viaje…
Uff.
Aprendí lo que realmente significa ser hermanas: Pelear hasta que el silencio duela. Reconciliarnos porque nadie más entiende el chiste interno. Y amarla más fuerte que nunca. La vi en su elemento, brava, libre, rodeada de amigos, siendo la más valiente de todas. Y sí, también me regaló la frase más icónica del viaje: “Y ese culo tuyo… woah.”
Clásico Andrea.

Machu Picchu no nos vio🦙
No llegamos.
Pero las risas no faltaron.
Las llamas sí nos vieron.
Y, honestamente, eso vale más.



Eres un sol. Gracias por venir y que linda manera tuya de escribir ☀️✨ Looking forward to the next one 😍
👏🏽👏🏽
Demasiado buen trip! #amigos4X4 #quelasrisasnuncafalten
I love you 💖
I LOVE IT,
Te mando un abrazo a la distancia PR big sis y gracias por capturar el ambiente que le puse al karaoke jajaj <3
We love you Geo 💖💖💖💖